lunes, 6 de julio de 2009

MÉXICO Y SUS MEXICANOS: LA MALINCHE


Mucho se ha escrito ya sobre la historia de esta mujer, incluso utilizamos el termino “malinchista” para referirnos al desprecio por las cosas propias y preferir la de los extranjeros. Yo no me enfocaré en los datos históricos de su vida, pues mi intención es buscar cualidades de los mexicanos a través del tiempo, que debemos retomar si queremos lograr un cambio verdadero como nación.

En ese orden de ideas, la llamaré Doña Marina por considerarlo un término mas adecuado para los propósitos de este monólogo interior que lucha por salir y se apodera de mis dedos de abeja obrera.

Por circunstancias de la vida, en las que no ahondaré, ella se ve obligada a servir de intérprete a los españoles y se convirtió en una pieza fundamental para la conquista de México. En su persona encontramos un valor que debemos de rescatar: LA ADAPTABILIDAD.

Doña Mariana utilizo sus conocimientos y herramientas para sobrevivir a las condiciones adversas en las que se encontraba y salió adelante. Cuantas veces nos han repetido en la televisión, “los mexicanos siempre hemos salido de las crisis”, no es solo propaganda barata, ¡es cierto!, toda esa bola de políticos que viven a nuestras costillas, nos recuerdan la adaptabilidad que tenemos los mexicanos a las circunstancias, para poder seguir viviendo de nuestro esfuerzo.

Un ejemplo concreto, tengo una amiga obrera a la que no le alcanza su sueldo pero para poder obtener un ingreso extra, diseña botes para miel y las vende entre las compañeras. Todos conocemos a obreros que vende cosas además de su trabajo fijo, para obtener polen extra y sacar adelante a sus hijos. ¡YA BASTA del dicho: "El que no tranza no avanza"! Habemos miles de abejas mexicanas que poniendo un granito extra de nuestro esfuerzo hemos salido adelante cargando con la tranza como un lastre. Siempre frustradas por querer construir un panal libre de tranzas y construido bajo los cimientos del respeto y la civilidad.

Doña Marina, utilizo sus conocimientos para decirles a los españoles como asustar a los pueblos que habitaban el territorio mexicano, pero gracias a sus habilidades que hoy llamaríamos diplomáticas, se evitaron también derramamientos de sangre. Yo solo quiero que te reflexiones, ¿serías capaz de traicionar a quien te tendió la mano, cuanto tu propia familia te traicionó?

Algunas abejas me han dicho que soy demasiado idealista, que debo adaptarme a la cultura de la tranza y aprovecharla en mi propio beneficio, pero esta serie de post es la semilla que quiero sembrar para iniciar un cambio en el pensamiento de las generaciones que vienen atrás de mi, y como siempre he dicho, empezaré por mi propio panal.

Si quieres saber más sobre la vida de esta mexicana te recomiendo:
http://elfanzinedemalbicho.blogspot.com/2009/03/la-malinche-traidora-o-madre-de-la.html
http://es.wikipedia.org/wiki/La_Malinche

4 comentarios:

  1. Mexicano Promedio7 de julio de 2009, 8:01

    Considero que tienes razón en lo que escribes solo que hay que irse incluso mas atrás y eso incluye el estar bien física y mentalmente ya que resulta incongruente el hecho de tener muchas ideas y buenos proósitos pero no hacer nada por nuestra salud. Hay que amarnos nosotros primero.

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  2. Hola mexicano promedio, bienvenido. Tienes razón, lo primero es cuidar la salud, aunque no me quedo muy claro porque el comentario en este post en particular.
    Publicaremos dentro de poco algunos consejos para cuidar la salud de las personas, si gustas hacer alguna sugerencia en particular, puedes escribir a undiapromedio@gmail.com.
    !Que tengas buen dia!

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  3. muchas gracias por el link =)

    fíjate que al igual que con la imagen de frida, es la cultura chicana la que primero hace el reconocimiento de los valores de la malinche, quizá es la distancia o el desapasionamiento patriotero, pero parecen distinguir mejor lo que la mexicanidad debe representar

    curioso, no?

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  4. Tienes razón, de hecho pienso que obedece en parte a nuestra comodidad por no pensar y dejarnos llevar por lo que nos impone la tele, la escuela, la iglesia. Dejamos que otros razonen por nosotros y cuando nos relacionamos con otras culturas (tal vez igual de comidinas) pero con un liderazgo un poco distinto, es cuando empezamos a buscar en nuestras raices para satisfacer nuestro sentido de pertenencia.

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