Las historias y relatos aquí contados son ficticios productos de la imaginación de una abeja trabajadora compulsiva. Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Me confieso masoquista
Hola querido lector, como te habrás dado cuenta he estado un tanto despegada del mundo blogger, la razón es muy sencilla, me di cuenta que soy masoquista en toda la extensión de la palabra, hace muy poco tuve la confirmación de que realmente disfruto cuando siento dolor y esto, meditándolo un poco, se debe a que el dolor te ayuda a saber que estas vivo y te muestra una perspectiva bastante amplia de tus centros de placer.
Sentir dolor, depresión o decepción te permite hacer un alto en tu camino y evaluar desde otra perspectiva cuales son tus metas, tus prioridades, cuales son las cosas que realmente valen la pena y con esa visión es mucho más sencillo ajustar tu plan de vida. Si lo sé, seguramente llegaste a este post buscando algún relato sexual que involucre látigos, nalgadas y groserías, pero lamento decepcionarte, estas en el blog de una abeja trabajadora compulsiva y por supuesto, este post habla de mi adicción al trabajo.
Comenzaré por el principio y ese es, realmente amo trabajar, me gusta mucho sentir la adrenalina de hacer cosas bajo presión, adoro escribir correos y más si dicho e-mail contiene una explicación a algún problema que logré resolver, me encanta llegar al trabajo y encontrar mil pendientes que hacer, porque se que estaré ocupada.
Aquellos que me conocen personalmente no me dejaran mentir, mi frase favorita es “perame poquito” o “peque, platicamos luego”. Yo soy de las abejas que no le importa quedarse horas extras, llevarse el trabajo a casa y a la menor provocación doy cátedras de lo que hago y porque es importante. Siempre estoy metida en proyectos nuevos, tratando de mejorar procesos, ayudando a otras áreas, regañando a otros compañeros por su falta de compromiso, en fin, soy trabajadora compulsiva.
Cualquier jefe diría que soy una empleada modelo, pero mi problema es que así como doy espero recibir y lamentablemente eso raramente sucede.
La confirmación de que soy masoquista vino cuando entré a la oficina de la abeja gerente y le pedí un aumento de sueldo, claro después de recibir una nueva obligación, para ponerte en perspectiva, cuando llegue al área de distribución de miel, atendía a un solo cliente, hoy, sin aumento de sueldo atiendo a los 8 clientes más importantes del panal (un poco más de la mitad del ingreso total del negocio) y este aumento me fue negado. Los argumentos, ”Si te lo mereces pero estamos en crisis”, “cuando se den estas contemplada pero ahora la dirección no lo autoriza” y el que más hirió mi autoestima fue “Pues sí, todos merecen un aumento, pero no hay dinero” y yo, con los ojos desorbitados pensé, ¿¿¿TODOS???, también esa huevona que siempre me pide que le ayude, o aquel de facturación que siempre comete errores involuntarios que luego yo tengo que resolver, ¡es el colmo de la desfachatez!
En el curso que ofrece mi empresa “Palmaditas”, esta descrita toda la ira y el berrinche que pasé por no recibir lo que esperaba, esa es la razón por la cual tenía tiempo suficiente para andar de vaga en sus blogs, ¡estaba en huelga!
Sin embargo, nuestro panal esta en un proceso de remodelación y tenemos juntas semanales, donde un consultor externo, nos dijo en muchas palabras que resumidas son: “No habrá aumentos y a quien no le guste, las puertas están muy grandes”. SANTO REMEDIO.
Claro, todo el show de la semana pasada, esta resumido en unas líneas, pero, aunque no lo creas querido lector, esas palabras fueron mágicas, después de esa junta, yo salí radiante, casi como si hubiera ido a un spa dos días.
Nadie podía creer que la abeja obrera encabronada que no quería ni saludar, después de esa junta, se pusiera en dos horas a sacar todos los pendientes que tenía una semana sin atender estuviera nuevamente tarareando esa vieja canción que le gusta, trabajando duro y dispuesta a hacer todas y cada una de las tareas que le encomendaron.
Me confieso masoquista porque no fue hasta que alguien me dijo fríamente que no soy indispensable y casi me aplasta de un pisotón que la buena disposición para trabajar volvió a mi cuerpo, la decepción se fue y la reconciliación con mi trabajo fue deliciosa.
Fue un proceso mental cansado, a pesar de que duro una semana, para mi fue muy largo y duro, pero gracias a buenos consejos de amigos Bloggers (Sí, me refiero a ti Menospausas, mil gracias) al apoyo de mis amores, de mi querida Esme, a las porras de SuperKT y de Lordonbest y por supuesto otras abejitas que trabajan conmigo en el panal a las que aprecio mucho quienes también me dieron muy buenos consejos y soportaron mi mal humor, (que eso casi las convierte en candidatas para canonización) estoy nuevamente con la esperanza de que siempre hay una recompensa, para el que sabe trabajar y esperar.
PD. Má, se que me lees y no me olvidé de ti, porque se que siempre estas pendiente de mi, a ti también muchas gracias.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Amigos, les agradezco mucho el apoyo que me dieron, el escucharme, el llamar para saber si estoy bien, las palmaditas en la espalda y las palabras de aliento, fueron parte fundamental de mi sanación mental.
ResponderEliminarLes mando un abrazo muy fuerte a todos.
Interesante, te gusta viajar en el carril de alta velocidad sin semáforos en rojo, que aunque la vida te ponga obstaculos y caigas hasta el fondo y no tengas nada de fuerzas para salir adelante, te levantas y con una sonrisa sarcastica dices "¡Ja! Eso fue todo, eso fue tu mejor golpe", eso me encanta, mis mas sinceras felicitaciones.
ResponderEliminarNeo, que milagrazo! En cierto modo soy así, el sarcasmo se ha vuelto parte fundamental de mi trabajo, a muchos les parecerá mal, pero a mi me ha funcionado para no perder la perspectiva y el buen humor.
ResponderEliminarSoy idealista, soy masoquista y tengo mal genio, pero con todo y eso, me considero una buena persona.
Un saludo.
Que tal, ahora despues de levantarte solo te falta decir "es mi turno".
ResponderEliminarsaludos
Y ya estoy planeando mi venganza -je-!
ResponderEliminar!Que tengas buen día!
En realidad no me refería a eso (venganza) pero en fin, el "turno" es válido para lo que "tú" lo requieras o necesites, quien soy yo para cuestionar.
ResponderEliminarLo sé Neo, no siempre hay que tomar las cosas tan literales.
ResponderEliminarPero no me puedes negar, que la venganza es dulceee!
Uno aunque sea, puede fantasear con ella.
definitivamente, es un plato que se sirve frío y se come despacio para saborearlo, eres de cuidado abejita.
ResponderEliminarMi querida abeja.
ResponderEliminarEl sentirnos indispensables es uno de los grandes errores que cometemos en nuestra vida. Es alucinante cuando descubrimos que no necesariamente lo somos.
El aumento llegará alguna vez, tenlo por seguro
Un abrazo
Definitivamente concuerdo contigo Abejita, siempre hay una recompensa para quien sabe trabajar y esperar...
ResponderEliminarAsí me gusta, verte animada y hechandole ganitas por tu Abejito Bebe...
Saludos cordiales!
Neo, el juicio de si soy de cuidado o no, se lo dejaría a personas que me conocen personalmente, ya el tiempo lo dirá.
ResponderEliminar-----
Educavent, eso es algo que no sabes cuanto me ha costado procesar, soy como los alcohólicos, voy día a día porque sigo teniendo recaídas, un ejemplo lo que me sucedió la semana pasada.
-----
Esme, ya sabes que tengo mis altas y bajas, te puedo decir que hoy nuevamente estoy enamorada de mi trabajo.
-----
Muchas gracias por todo su apoyo!
¡¡el trabajo es un horror!! ¿¿O crees que pagarían por que lo hagas??
ResponderEliminarJejejeje No te creas Abejita, mucha suerte en tu trabajo y a echarle hartas ganas.
Como seres humanos, somos inconformes por naturaleza, sin esta inconformidad no se hubiera inventado absolutamente nada de lo que hoy conocemos por civilización.
ResponderEliminarPor lo anterior, es natural sentirse mal cuando no tenemos un alivio a estas inconformidades.
Buscamos a final de cuentas una retribución por nuestro esfuerzo, algunas ocasiones, monetariamente no es posible, pero si una palabra de aliento ayuda de sobremanera a cumplir con nuestras expectativas.
No es de sentirse indispensable creo yo, es de dar animos y reconocimiento al esfuerzo.
Upss! Zed, se me olvidó poner una advertencia. "No debe ser leído por nadie que tenga menos de una semana trabajando, para que no se desanime :b" Gracias por los ánimos.
ResponderEliminar------
Alex, estoy deacuerdo contigo, sin embargo, no solo de anímos vive el hombre, en mi panal, mi trabajo es más que reconocido, por ahí dicen que me quieren clonar (imagínate), el problema es que llegué al punto donde una palmada en la espalda es más un insulto que una motivación.
Y si a la palmada tu jefe le suma "pero si el dinero no lo es todo en la vida" el insulto se magnifica.
Tienes toda la razón, es bueno reconocer el esfuerzo, pero ese reconocimiento, según yo, tiene niveles.
Los describí en las técnicas de motivación para tontejos :)
Un saludo!
Abejita no sabes cómo me vi reflejada! a mi antes de despedirme me encandilaron un ascenso... el cuál al forzarme a competir con mi hermana (de muy malas maneras) le dieron a ella... Y si coincido en que uno no es indispensable; pero llega el momento en que pareciera que sí, y es q a veces la demás gente resulta tan in-com-pe-ten-te que no queda de otra más que apechugar y hacer lo de los otros!!
ResponderEliminarTu echale ganas Abeja y es para mi un gusto saber q mis porras te ayudaron en algo, besotes y gracias x la mención en tu post
ResponderEliminarSuperKT, creo que somos del mismo equipo, yo muy seguido pienso lo mismo de mis compañeros de trabajo y para no hacer corajes, termino haciendo mucho trabajo que no me toca. ¿a caso seremos nosotras el problema?
ResponderEliminarYo digo que.....mmmm.... creo que mejor me voy a trabajar -je-
Un abrazo!
Abeja Obrera, no tienes que dar la gracias, solo te dije lo que yo he aprendido en mi trabajo, que a veces también me he sentido la indispensable, la “sin mi se van a la goma” en fin una serie de frases que me digo, claro que trabajar bajo presión es lo mejor, es emocionantes, aunque a veces desgastante, hace años aprendí a no quedarme más tarde, a no traer mis problemas del trabajo al hogar, ups, pero no me toquen donde me duele porqué salto, y si me traigo trabajo a casa, lo hago con gusto, lo mejor es saber que hacemos lo que nos gusta hacer, con o sin aumento, es una pena Abeja Obrera…pero pese a la negación de la crisis ahí esta, ni hablar, yo por eso este año no he mencionado la palabra crisis, je, je.
ResponderEliminarMe alegra saber que te despejaste de tus broncas personales, que te asumas como masoquista-trabajadora, me recuerdas a una mujer que conocí hace 25 años…caray se me fue el tiempo volando, y sigo en el mismo lugar. Y lo peor me dijeron que no hay jubilación en esa empresa…
Un abrazo y muchas felicidades por el apoyo que tienes de las personas que te conocen, sobre todo el más importante tu ma, ahí te envidio por tenerla aún contigo. Dale un abrazo fuerte por favor.
Menospausas, mil grcias por los consejos y claro que le daré un beso a mi amá ahora que la vea, porque la distancia no nos permite vernos muy seguido que digamos.
ResponderEliminarCrisis, ¿Que es crisis? n_O
Te mando un gran abrazo!
No es masoquismo lo que tu experimentaste en ese episodio de tu trabajo, es a mi parecer, un reclamo justo que ahora se ve improcedente "por la crisis", tema del cual se agarran muchos cabeza de grupo (dueños o directivos).
ResponderEliminarSaludoss
RCB, yo considero que es masoquismo porque con una pisotón me mandaron a la goma y aqui me tienes trabjando feliz y contenta.
ResponderEliminarQue si el reclamo es justo o no, ese razonamiento ya lo pase como a décimo plano, para proteger mi propia salud mental.
Que tengas buen día!
Bueno, si te sientes "trabjando feliz y contenta" entonces no discuto tu conclusión. Puede suceder, por que no.
ResponderEliminarbesoss
Soy un ejemplo viviente de que puede suceder!
ResponderEliminarUn abrazo!